Skip to main content

Dirección de

Igualdad y Diversidad

Dictan taller sobre primeros auxilios psicológicos en casos de acoso sexual

24 de Enero 2019

Comparte esta noticia

*Psicóloga Camila Muñoz explicó a funcionarios del Campus Santiago que no se debe generar un daño emocional mayor a la persona afectada.

La psicóloga de la Unidad de Igualdad y Diversidad, Camila Muñoz, realizó el taller "Primeros auxilios psicológicos en casos de acoso sexual" a 26 funcionarios del Campus Santiago de la Universidad de Valparaíso, en dos sesiones.

Entre las recomendaciones para ayudar a quien ha sufrido esta experiencia, la profesional destacó que no se le debe generar un daño emocional mayor al revictimizarla o estigmatizarla por lo acaecido.

“Nunca se debe cuestionar o juzgar a la persona, pedirle detalles de lo sucedido o presionarla a hablar en grupos de personas sobre lo ocurrido. Tampoco obligarla a denunciar los sucesos, bajarle el perfil a la situación o normalizarla ni divulgar la vivencia del acoso o abuso de alguien con terceras personas”, explicó. Igualmente evitable es dar consejos o lanzar frases motivadoras que minimicen los hechos, como “pudo haber sido peor” o similares.

En cambio, dijo Camila Muñoz, se puede ayudar a la víctima escuchándola atentamente y en privado, sin hacer juicios de valor ni pedirle detalles, ya que probablemente tendrá que darlos en espacios especializados en el tema. También se sugiere respetar la distancia física, ya que contrariamente a lo que se piensa, incluso un abrazo la podría hacer sentir mucho más vulnerable. En este caso, es menos invasivo “ofrecerle un vaso de agua y ayudarle a que respire profundamente para que retome la calma”.

“Una persona que ha sido transgredida en la esfera psicosexual debe recibir apoyo profesional especializado”, enfatizó la psicóloga, por lo que se puede recomendar que se acerque a la Unidad de Igualdad y Diversidad de la UV, o acudir a la Policía o Fiscalía si se trata de un delito sexual.

Experiencia traumática

El taller, que se realizó el martes 22 de enero, permitió contextualizar el acoso sexual como un tipo de violencia que genera consecuencias traumáticas para las víctimas, quienes por miedo muchas veces no se atreven a denunciarlo e incluso experimentan culpa, depresión, baja autoestima, ira, impotencia y estrés postraumático.

Aunque las estadísticas indican que es una situación que sufren principalmente las mujeres, en ocasiones también la padecen los hombres. Puede ocurrir en distintos ámbitos de la vida, tales como familiar, estudiantil o laboral. Respecto del espacio del trabajo, esta mala práctica está tipificada en la Ley 20.005.

En el contexto universitario, la UV ha sido una de las pioneras en el país en crear un protocolo para prevenir y sancionar el acoso, así como en poner en marcha una oficina especializada en el tema, que es precisamente la Unidad de Igualdad y Diversidad.

Para efectos del protocolo de la Universidad de Valparaíso, en el artículo cuarto se define el acoso sexual como “la realización en forma indebida y por cualquier medio (presencial, virtual o de otra índole) de requerimientos de carácter sexual, no consentidos por quien los recibe, bajo la promesa de favorecer y/o la amenaza de perjudicar su situación o sus oportunidades en el ámbito laboral o académico”.