“Educarnos hace que perdamos miedo a lo que creemos que es diferente”
*Afirma Andrés Rivera, quien expuso sobre identidad de género y Derechos Humanos para estudiantes de Pedagogía de la UV.
“Identidad de género y Derechos Humanos. Una deuda pendiente” fue el título de la ponencia que Andrés Rivera Duarte dictó en la Facultad de Humanidades UV, para estudiantes de Pedagogía. Su objetivo: dar a conocer a los futuros docentes la importancia de respetar la diversidad, de entender las diferencias y de abordar con amplitud de criterio situaciones que hasta ahora han sido objeto de pésimas conductas en aula hacia niños y niñas trans.
En su conferencia, Rivera entregó duros antecedentes sobre casos vividos por personas trans en servicios de salud y en establecimientos educacionales, que dejaron de manifiesto la ignorancia y el prejuicio presentes en muchos profesionales.
Para él, es relevante que los futuros docentes reciban en su formación profesional información sobre este tema, lo mismo que quienes se forman en las áreas sociales y de la salud. “Ellos se van a encontrar con niños, niñas y adolescentes trans, que van a estar empezando a manifestar ya su proceso; algunos van a estar en su proceso, otros se van a estar reconociendo, y claramente el colegio es el lugar en donde mayor tiempo estos niños, niñas y adolescentes están, y claramente donde desarrollan la mayor afinidad con sus pares. Y porque lamentablemente una encuesta realizada por la organización Todo Mejora arrojó datos súper preocupantes: el 59,9 por ciento de los entrevistados lesbianas, gays, bisexuales y trans, declaran haber recibido sistemáticamente descalificaciones, discriminaciones, acosos verbales y bullying por parte de los adultos de los colegios, por lo tanto por parte de docentes, y eso es tremendamente preocupante”, afirma.
Y añade: “Se aprobó la Ley de Identidad de Género, y eso significa que en un año más los niños y niñas de catorce años van a poder obtener su cambio legal, y a esa edad están en etapa escolar. Entonces, qué pasa si tenemos docentes que no conocen la temática, que actúen en relación a sus prejuicios, en relación a los estereotipos que tienen de ser hombres y mujeres y no tienen incorporadas las diversidades de las identidades y de los cuerpos. Podríamos tener cifras aún peores”.
Esas cifras son lamentables: “Chile tiene una proyección, según la Organización Mundial de la Salud, de 365 adolescentes que se van a suicidar de aquí al 2020; de ellos, más de la mitad son adolescentes LGBTI. Es tan preocupante la situación que si no preparamos a los futuros docentes lo que vamos a estar haciendo es aumentar esa cifra, y teniendo profesionales que no son ni capacitados ni competentes para estar con nuestros niños y niñas”.
Aprender a respetar
Respecto de quienes ya forman parte del cuerpo docente, que llevan años de prática en aula, ¿cómo se los prepara para entender a las personas trans? Señala Andrés Rivera: “Dos cosas. Primero, no discriminar tiene que ver con la calidad humana, independiente del tema que sea. A mí me llama profundamente la atención que como seres humanos todavía discriminemos y que seamos de esta manera. Lo segundo: la Ley no considera políticas públicas, lo único que considera es el cambio legal, y a mí me parece que es una responsabilidad del Estado y de los ministerios ir capacitando a su gente”.
Por ello, afirma, “se deben crear planes nacionales de capacitación a docentes sobre esta y otras temáticas: pensemos que en los colegios ni siquiera hay clases sobre diversidades propiamente tal, o educación sexual inclusive. Y lo otro es que debemos ir preparándonos más que tolerar, para respetar. Yo la verdad es que ni siquiera uso la palabra tolerar en mi vocabulario: tenemos que ser capaces de respetar. Respetarnos primero a nosotros, porque si nos respetamos a nosotros respetamos a la esencia del ser humano, y desde ahí respetar al resto”.
Las religiones
Consultado respecto de la influencia de las religiones en los prejuicios contra las personas LGBTI, Rivera Duarte señala: “Yo ahí hago una separación; tenemos por ejemplo las opiniones al interior de la Iglesia Católica: una cosa es el padre Felipe Berríos y otra es el cardenal Ezzati. Creo que tiene que ver con los fundamentalismos propios de las personas; las iglesias están conformadas por seres humanos, por lo tanto por personas, que hoy día son bastante ignorantes y discriminatorias en muchos aspectos. Como en todo orden de cosas, los fundamentalismos siempre han sido súper dañinos para nuestra sociedad”.
Agrega que “yo, por ejemplo, profeso la fe Bahá’í. En sí misma la religión no te hace daño, sólo los fundamentalismos y la mirada castigadora del ser y no el respeto del ser. Conozco muchas chicas trans, la otra vez conversaba con algunas de ellas, y ellas se encomiendan a Dios para la protección del día a día, para salir a las calles; poder caminar como cualquier otro ser humano para ellas es tremendamente complejo y difícil y se encomiendan a Dios con una fe tremenda. La fe existe en nosotros y nosotras, no somos ajenos a esas realidades. Y hay muchos grupos religiosos que nos apoyan”.
Finalmente, respecto de qué puede hacer cada persona para aportar al respeto a la diversidad de género, señala Andrés Rivera: “Aportar desde lo más básico, desde el lugar donde estoy, desde cuando escucho a mis compañeros de trabajo o compañeras que están contando un chiste sexista o en contra de un gay o una lesbiana, que supuestamente es un chiste cuando en realidad es denigrar a un ser humano. Empezar a abrir al mente de nuestro grupo más cercano, en el trabajo, la familia; empezar a educarnos, ocupar bien el vocabulario, empezar a conocer las diversidades que hay, las particularidades que hay desde esas diversidades”.
Porque, añade, “se habla de diversidad sexual o de minorías como si fuésemos todos y todas iguales y todos quisiéramos lo mismo, y tenemos caminos diferentes, objetivos diferentes, metas diferentes. Lo primero es educarse sobre cuáles son las diversidades y las particularidades de esas diversidades; dejar de reírnos de los supuestos chistes que lo único que hacen es denigrar a un ser humano, uno no se puede reír de otro ser humano; empezar a ser respetuosos con uno mismo y con una misma para empezar a ser respetuoso con los demás; aprender, aprender para educar: el educarnos hace que perdamos miedo a lo diferente, a lo distinto, a lo que nosotros creemos que es diferente y distinto”.
Andrés Rivera Duarte es consultor internacional de Derechos Humanos e identidad de género, con un diplomado internacional en derechos humanos. Es investigador y consultor de la organización Out Right Action International, consultor del Observatorio de Derechos Humanos y Legislación de Chile, y de la ONG Mulabi de Costa Rica. Es docente de los diplomados internacionales de la Fundación Henry Dunnat, y del Magíster en Derecho Internacional en Derechos Humanos que realizan la Universidad Diego Portales y el Instituto Nacional Derechos Humanos. Ha participado como conferencista en encuentros desarrollados en países de gran parte del mundo. En 2007, a los cuarenta y tres años, obtuvo legalmente su identidad masculina y pudo cambiar su título profesional a educador de párvulos.