Laboratorio de Lectura con Perspectiva de Género revisa el feminismo desde el interés académico
*Fabiola Monteconrado, académica de Derecho a cargo del grupo, invita a integrarse a quienes se interesen en el tema.
“Antígona”, de Sófocles, la primera heroína de una tragedia griega, fue la obra con cuya revisión partió el Laboratorio de Lectura con Perspectiva de Género, grupo que se reúne los sábados en la mañana en el CIAE de la Universidad de Valparaíso, por iniciativa de la profesora Fabiola Monteconrado, abogada penalista, académica de la Escuela de Derecho.
Según explica la profesora Monteconrado, este laboratorio, que iba a ser en un comienzo un taller de lectura feminista, “es una iniciativa voluntaria que partió en noviembre del año pasado. Pensamos en dividir el proyecto inicialmente en tres fases. La primera es formación de vocabulario, de manera que estamos leyendo textos que son básicos para entender conceptos que son propios de la discusión del feminismo”.
En esta línea, ya revisaron el patriarcado, tema tan amplio que les tomó diciembre, enero y marzo. “Ahora en abril vamos a ver género, y después vamos a diversidad sexual. La idea es que sepamos hablar desde los conceptos”, señala la académica.
La segunda etapa, continúa, “va a ser un análisis histórico de las olas feministas, la evolución del feminismo en nuestra cultura occidental. Después de esa fase histórica, vamos a pasar a la lectura de textos que algunas del grupo ya produjeron: algunos artículos, algunas estudiaron el tema para escribir sus memorias de grado; algunas escribieron sobre prostitución, que es un tema muy importante para nosotras entenderlo, especialmente porque la mayoría de los participantes son profesionales del Derecho y el tema de la prostitución siempre toca el Derecho. Entonces, también tratamos estos temas que son, podríamos decir, de gusto de cada participante”.
La siguiente etapa de trabajo aún no está definida: “Después de revisar nuestros textos vamos a ver qué hacer. A mí me gustaría empezar con el estudio sistemático de determinadas feministas; partir con Simone de Beauvoir obviamente, y después seguir con otras feministas, Judith Butler, en fin. Tratar de conocer a esas mujeres que construyeron lo que nosotros hoy día tratamos de entender”.
Actualmente, el grupo de Facebook del Laboratorio de Lectura con Perspectiva de Género cuenta con alrededor de setenta personas, mientras que a las reuniones asiste un promedio de quince personas. “No hay nada obligatorio, todo parte de la voluntad de cada una para aprender”, destaca Fabiola Monteconrado, y añade: “Cada vez surgen muchos temas periféricos, así que ya estamos estudiando una segunda reunión al mes para ver una película de género con comentarios de alguna experta, dependiendo de la película. Ya tenemos en mente la primera, que sería una película espectacular que se llama ‘Lou Andreas-Salomé’, que trata sobre la vida de una filósofa rusa, de cultura alemana, que fue el amor de Nietzsche, fue discípula de Freud y fue una mujer muy feminista”.
La invitación a integrar el laboratorio está permanentemente abierta: “Son todas súper bienvenidas, y la verdad es que me quedo muy contenta con esa instancia, porque pienso que la idea es efectivamente que mujeres de otras áreas, y hombres también, que tengan interés por la temática, vengan a aportar, no queremos una mirada sólo desde el Derecho. Ahora tenemos algunas mujeres de otras áreas: una psiquiatra, una psicóloga, una filósofa; a mí me encantaría ver historiadoras, trabajadoras sociales, matemáticas, médicos, de cualquier ámbito de la ciencia”.
Para participar no hay ningún requisito, salvo “la curiosidad científica. Porque no es un taller de lectura literaria, de entretenimiento: es un taller que visa el conocimiento académico, conocimiento científico acerca de una temática. Incluso habíamos discutido sobre cambiar el nombre a Laboratorio de Lectura Feminista, pero aún no nos sentimos preparadas, porque algunas no quieren autodenominarse feministas —tienen interés científico por el tema— y queremos respetar todo, a toda persona que se acerca con interés académico. Tampoco queremos dar un sesgo de movimiento social; yo respeto muchísimo los movimientos sociales, yo me considero una mujer activista, pero creo que ese es un trabajo distinto, que tiene otro objetivo. Pero es para toda mujer (u hombre) profesional, que quiera leer más sobre el tema, que tenga una curiosidad, que esté en el ámbito académico o que quiera esto para su vida, pero sabiendo que la lectura está direccionada a lo académico”.