Profesora Mabel Santibáñez es la primera directora de Arquitectura en sus 64 años de historia
*Nuevo plan estratégico, consolidación del cuerpo académico e iniciativas de equidad de género son sus prioridades.
La arquitecta Mabel Santibáñez, magíster en Desarrollo Regional y Medio Ambiente, se convirtió en la primera mujer en ser directora de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Valparaíso en sus 64 años de historia.
Luego de ser ratificada en el cargo tras una consulta en la que logró el 95 por ciento de las preferencias del claustro, la hasta ahora secretaria académica de la Escuela explica que asume el cargo “con mucha emoción y motivación. La elección ha sido posible gracias a un proceso que hemos tenido como comunidad y como sociedad, en el que se reconoce que las mujeres podemos asumir estos cargos y no sólo los de subordinación”.
“Espero que sea haga evidente la contribución que las mujeres podemos generar en la dirección y cambio de las instituciones. Muchas mujeres están asumiendo la dirección de importantes instituciones en la región y en el país. Son perspectivas que se van a empezar a notar tanto en lo disciplinar como en las relaciones humanas. Llego a este cargo en un momento en que se ha fortalecido el trabajo en equipo y se debe fomentar aún más el trabajo colaborativo en nuestra unidad académica”, agrega.
Entre sus objetivos, la directora enfatiza "el desarrollo de un nuevo plan estratégico, del cual surgirán las nuevas expectativas y anhelos comunes para los próximos años, junto con fomentar la articulación entre pre y postgrado, promoviendo la continuidad de estudios con los postgrados de la Facultad, el Magíster de Patrimonio y el Magíster en Cine y Artes Audiovisuales para profesores, alumnos y exalumnos de nuestra Escuela, fortaleciendo la investigación y la apertura de nuevos centros de estudios interdisciplinarios”.
“Es vital consolidar el cuerpo académico y fortalecer los equipos docentes, resolviendo algunas situaciones pendientes; alinear el plan estratégico de la Escuela con el plan de desarrollo de Facultad, en el cual surge la sostenibilidad como un concepto transversal, universal y necesario, como pilar fundamental del cambio que nos debe guiar”, añade.
Uno de los objetivos centrales de su dirección será “implementar iniciativas tendientes a lograr la equidad e igualdad de género en nuestros procesos educativos, abriendo los espacios necesarios para reflexionar sobre estos temas, creando una Unidad de Género que trabaje coordinadamente con la Unidad que existe en la Universidad. En relación a la construcción material de la memoria de la Escuela, queremos seguir perfeccionando el repositorio digital en el que podamos visualizar y hacer extensión de la generación de conocimiento”.
La arquitecta explica que “el contexto político, social y sanitario actual nos han enseñado que el modo de enfrentar y hacer que hemos llevado hasta ahora ha comprometido al planeta y a sus existencias. Son tiempos de apertura, de inclusión, de conciencia social y medioambiental, en los que debe primar lo colectivo por sobre lo individual. Como Escuela tenemos la oportunidad de marcar la diferencia y considerar estos aspectos de manera explícita”.
“Debemos llevar nuestros conocimientos a múltiples ámbitos, instalando propuestas a la discusión de una nueva Constitución y aportando al debate sobre cómo construir una mejor ciudad, más humana y habitable”, explica.
Sobre el sello que caracterizará esta nueva etapa de la Escuela, la profesora releva “el equipo de profesores de diversas trayectorias, asentados en el mundo de la profesión, con estudios y experiencias en investigación y en diversas instituciones públicas. Me interesa promover espacios para que esas experiencias y perspectivas sean escuchadas. Debemos incentivar el diálogo”.
“A propósito de llevar a la sociedad hacia algo mejor, creo que esto no sólo tiene que ver con el bienestar de ella, sino con un concepto más profundo, complejo e integral, ‘el bien ser’, que se construye en la relación con los demás, como colectivo, en sociedad y de manera cultural. En esta bonita tarea de hacernos arquitectos, creo que lo que hay que promover son procesos, interacciones y relaciones. No podemos pensar sólo en productos, sino que en procesos, como todo en realidad, como la vida. Así me imagino la Escuela”, añade.